Tu nombre no
se ha marchado,
se aferra a la piel de
mi anverso.
Y el silencio,
ese puente imperfecto,
es
un poema
una canción
un pájaro
que
se resiste.
La derrota
la indiferencia
el temor
lo incrédulo
la locura
la duda
hacen lo suyo
Pero aún
así
aunque
el viento no
deje de ser viento
y tenga
que aprender
lo inacabado,
tus letras
se asoman
a mi voz
para
nombrarte.
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