Llueve.
Las gotas sobre los techos caen,
pesadamente caen,
como si quisieran decir "¡Basta!"
en la tristeza gris de un corazón
ahora triste.
No hay mañana sin hoy,
todo el mundo lo sabe.
Las calandrias lo saben
por eso ya no cantan,
la canoa que no surca el Paraná
lo sabe, también el viejo
vendedor de paltas de la costanera
que no puede vender ni un solo fruto.
El ayer se confunde con el hoy
como una enredadera,
y nadie sabe cuándo
ni cómo,
acabará
de este martirio.
¿Habrá venido a quedarse
para siempre?
Llueve. Como si fuera
temporal llueve,
y nadie sabe cuándo
ni cómo
acabará
la lluvia.
Autora: Nidia Tineo
Todos los derechos de autor reservados.-
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