Hay rostros
donde no hace falta la noche
para ver sus sombras.
Ciertas sombras
guardan más oscuridad
que cualquier abismo.
Y también hay sombras
que han ennegrecido
cuando las velas se apagan
como por ejemplo,
ciertos laberintos
donde se ha perdido el hilo
de los nombres,
de quiénes son tus hijos,
cuál es el origen,
de dónde vienes,
quiénes te han amado,
quiénes te han herido.
Hay una intemperie
de la sombra,
donde todas las cosas
parecen extrañas,
donde habitan todos
los fantasmas,
donde la frontera
se erige
entre lo incierto del abandono,
la desmemoria,
la locura, el miedo,
la soledad,
y el olvido.
Autora: Nidia Tineo
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