No era un marinero
era un hombre viejo
no era solo un hombre viejo
era un hombre viejo vestido
de marinero
sentado en el puerto
envuelto en barcos apiñados
envuelto en olor a calamares
junto a las focas durmientes
acompañado solo por ellas
y la herrumbre de los
pesqueros anclados,
cargados de nombres
de historias anónimas;
sonaba en su acordeón
una antigua melodía
sonaba con la dulzura
del que habla
de lo que más ama
de lugares lejanos
de amores perdidos
y de las despedidas
de las gaviotas que se van
de los olvidados,
de los que no se ven
aunque están en todas partes,
y de los que se quedan
a mirar el mar...
Texto: NidiaTineo
La Pampa, Argentina.
Derechos de autor reservados.
Pintura: Albert Roca
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