Quiero hablar de Vairoleto
en el noviembre callado
y de su estampa en el monte,
viento de arena a caballo.
Cuando Juan Bautista huyó
como gaucho perseguido
por desafiar a un milico,
se convirtió en forajido.
A veces, sabe una espina
lo que el destino no sabe,
cuando se adentra en el roble
para quitarle la sangre.
Qué lejos de su querencia
tuvo que andar Vairoleto
qué lejos, pero qué cerca
siempre estuvo con el pueblo.
Porque hay que sobrevivir
cuando la tierra es de nadie
y manda el más poderoso
entre arena y caldenares.
Cuentan que hacía justicia
a la manera del gaucho,
dando a los pobres el pan
y a los ricos, el espanto.
Y cuando quiso vivir
como hombre de paz con sueños,
lo traicionó un tal Gascón
detenido por cuatrero.
.
A veces, sabe la espina
lo que el destino no sabe
cuando se adentra en el roble
para quitarle la sangre.
AUTORA DEL POEMA: NIDIA CRISTINA TINEO
(Derechos de autor reservados)
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