La mirada desborda la ventana
silenciosamente ha nevado
amaneció la nieve en los jardines
a la vera del río
sobre techos y ramas
en veredas y calles
en entradas de casas
sobre pinos del parque.
Los niños arrojan bombas de nieve
y enloquecen y ríen
ríen y gritan:
¡guerra de nieve!
y los guantes, gorros
bufandas, abrigos
se salpican y humedecen
pero no importa
la nieve es lo que importa
como un mar blanco
inmensamente quieto
que puede recogerse con las manos
y arrojado al aire
deshacerse
eso es la nieve
como un helado de limón
que no tiene sabor a limón
pero no importa
y hacer
un muñeco, un caperuzo de nieve
ponerle boina roja
y botones de saco viejo
como dos ojos negros
que miren con asombro
como miran los niños
cuando le ponen de nariz, una zanahoria
y una roja bufanda
para que el caperuzo
no se muera de frío.
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