Un reflejo de amor en los ojos
construye puentes
funda un comienzo.
Porque también los comienzos
como las ciudades necesitan
ser fundadas una y otra vez
para no morir olvidadas
ni perderse en el oscuro abismo
del tiempo
y apenas un rayo de luz
puede con la muerte.
Ningún comienzo surge
por sí solo
como ningún amor surge
si no hay luz en la
mirada.
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