Nada puede reemplazar lo perdido
No se tapan los huecos con lo que llega
Ni se puede llenar un espacio vacío con lo viejo
Y si el dolor de la ausencia es irreparable
y punza aprieta hiere
puede que el tiempo con su
paso alivie
y adormezca, mitigue, calme
Aunque a veces
la memoria puede ser la pócima
que sane
al traernos la risa el tizón la palabra
los pies las manos
la mirada el andar
de lo perdido
No hay modo de recuperar
el color de aquello tan amado
pero sí
de salvarlo
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