En las entrañas de otoño
como clavo de fuego
duele dolor
no muere,
ni calla
aunque le arroje tierra sobre tierra
y tierra
se acrecienta, repercute,
resuena como voz que
vuelve de la tregua,
desafía, increpa
y reclama
un rostro, una figura,
una palabra, un tambor,
un solo gesto.
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