Me siento a leer poesía,
mi corazón se agiganta en cada verso
se descentra, redobla tambor,
Llama
Preparo unos mates, escucho poesía y no puedo evitar pensar en vos
Y algo me recorre, sale como río caudaloso y salpica, me empapa, y no me enoja estar toda mojada, quiero mojarme más
Leo poesía en voz alta y mi voz tiembla, vibra la garganta, y la piel parece correrse, enloquecer
Y mi cuerpo se enciende, la poesía me recorre, va de mis ojos a los tuyos
de mi boca a tus oídos
Es una hoguera en mi pecho, su humo se vuelve nube y me lleva con ella
Es una tela de hilo sutil que sale de mis manos, de la punta de los dedos y se conecta
con tus dedos, con tus manos, con tu corazón
A veces creo que llevo poesía en la frente, en los cabellos, en la espalda, en todo el cuerpo
Hasta los brazos, los pies son poemas que se pueden leer con ritmos diferentes si es la hora de la siesta, si hace calor, si es un día de lluvia, si es una despedida o si voy a tu encuentro.
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