Si una se topa siempre con el mismo muro
y lleva sobre sus espaldas un racimo de mujeres rotas,
y fragmentos que se esparcen
como semillas muertas
ya no puede abrir ventanas como si nada
llevar una flor calzarse las polleras
caminar las calles sin estar alerta sin que duela ausencias
ni hacer un torniquete y a que no salga el grito
y que lobos hambrientos
sigan buscando carne
Porque es necesario que haya muchos sitios
donde la muerte no pueda entrar de prepo disfrazada
donde haya muchas manos dispuestas a espantarla
donde los colmillos y garras no ataquen
donde las espinas se vuelvan seda y acaricien la piel.
Porque es necesario entrelazar las manos
y sostenerse sin preguntas
y que inquisidores miren a esos lobos
sedientos de poder y de sangre
para que no sigan apareciendo cadáveres.
Y sobre todo es preciso
no abandonarlas a suerte
no dejar que las maten.
No hay comentarios:
Publicar un comentario