Tan cobarde soy,
que
he acabado por matar de tan cobarde
todos los poemas, todos los paisajes,
todos los amaneceres.
No quedan rastros
Los he arrojado a lo profundo de la nada
Y me ido con ellos,
no existo, no soy nada
Y a pesar de todo, amor,
tú estás vivo
y yo, la más cobarde,
tengo en mí,
en el devenir de las noches,
todos los sueños imposibles,
todas las estrellas,
todas las voces imperfectas,
el universo entero
me atraviesa con tu nombre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario