Eh! Tú,
ojos de piedra
lleno de reproches
y de quejas,
nada encuentras en ella
nada bueno a tu alma
Y sin embargo, insistes
malhumor de madrugada
deja de apuntarle
baja cañones
y si la amas, como dices
aléjate de ella
ya no dispares
debes dejarla
porque le haces daño.
¡Ah! ¿No te importa?
¿Que no la quieres?
Entonces
¿para qué te quedas a su lado?
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