ROSA AUDISIO Y SU COMENTARIO SOBRE EL LIBRO: LOS BORDES DE LA LUNA- DE: NIDIA TINEO

Los bordes de la luna por la ribera pampa y veinticinco poemas de amor desesperado
POR: ROSA AUDISIO


“Que le devuelvan los ríos, / grita esta tierra que sí. / Y por los cauces vacíos/ retome su mar, al fin”.
Leyendo cada poema del libro publicado por Nidia Tineo, percibo que bien podrían ser universales, pero no casualmente, se impregnan de nuestra llanura pampeana. En consonancia visual con ellos, se encuentran las fotografías de Hugo Valderrey produciendo un acople destacado. Describe tu aldea y serás universal decía León Tolstoi, aunque esta proposición es muy válida y, por supuesto aplicable a este material literario, no es un dogma que excluye a la ecuación inversa, dependiendo cada creación del momento en que es realizada o, del personalísimo mundo de cada artista.
Como ya lo he mencionado en otros textos anteriores, difícil es apartarme de las evocaciones que surgen en mi mente producto de mi proyecto artístico en forma de libro editado: Cinefilia, Asociaciones Libres el que ha ido creciendo vertiginosamente -a fin de editar los tomos subsiguientes- en este período de aislamiento social. Para este poemario, que de hecho es muy motivador y en los que la autora nos comparte su sensibilidad para con la tierra que habita, les comparto el cuarteto de fotogramas englobados en la temática Abandonos y calamidades, con la ilusión que lean su libro y miren las películas reseñadas aprovechando este período de cuarentena.
La hamaca paraguaya (2006) Paz Encina. En 1935, desde Paraguay, un matrimonio anciano de campesinos, esperan el regreso de su hijo que partió al frente para luchar en la Guerra del Chaco, también desean la llegada de la lluvia que no llega nunca y del viento que tampoco sopla y asimismo quisieran que el calor desaparezca aunque éste, sigue displicente a pesar de la estación. Una espera que es sinónimo de anhelo.
“Estoy guardando la tarde/en los bolsillos de arena. /Y por sus bordes escurren/ hilos de fuego y de penas”.
Wiñaypacha (2018) Óscar Catacora. Una historia que viene desde el Distrito de Ácora, Perú, una pareja de ancianos de más de ochenta años que viven abandonados en un lugar remoto de los Andes, a más de cinco mil metros de altura. Conservan las ilusiones, ruegan a sus dioses, esperan el rescate.
“La otra cara del cielo, /muestra tus lágrimas, /en hebritas de agua…/El suelo guarda en tinajas de arcilla/sangre antigua que suele/arder de rabia, /y quema, hasta sus vísceras…”.
Viaje a los pueblos fumigados (2018) Pino Solanas. Filmada en siete provincias argentinas, constituye un documental que nos enfrenta a los estragos sobre la tierra y sus habitantes producto de la fumigación y la contaminación por agro tóxicos ante la pasiva mirada de los organismos de control y de los funcionarios de turno. Cuenta con los testimonios dramáticos de sus protagonistas: pobladores, chacareros e investigadores.
“A los nativos/les quitaron sus tierras/y a la tierra/la dejaron sin agua…”.
Miró, las huellas del olvido (2018) Franca González. La investigación cuasi arqueológica se sitúa en el norte pampeano donde los restos de una población yacen ocultos bajo la tierra desde hace más de un siglo. Presente, pasado y el cine como síntesis contra el olvido. Hoy reina la soja, ayer un pueblo pujante.
“Yo voy andando la huella/que ata los dos caminos. /Y junto a los alambrados/giran los siete molinos”.
Tanto La Pampa como provincia, el poemario de Nidia Tineo y las cuatro películas mencionadas hablan de una esperanza y un afán intransferible, la perspectiva de una situación distinta; tal vez en consonancia, la cuarentena depare a posteriori un mundo diferente donde prime un profundo respeto por el planeta y las demás especies que lo pueblan.
En referencia al primer párrafo -la universalidad de los poemas-, no resisto la tentación de citar a la escritora argentina María Negroni en su “Elegía Joseph Cornell” por su talento para percibir sensorialmente la obra de Joseph Cornell, pintor, escultor y cineasta experimental del vanguardismo estadounidense.
(…) Existe un muro. Y atrás del muro estrellas, ocultas atrás de las estrellas. O tal vez eran fuegos, altos ecos visuales en dirección a la ceniza. Quién sabe: la distancia encandila, como encandilan los himnos de Novalis. Todo ocurre a la vez, incluso el cielo, el bajísimo cielo en el que ardemos, con un pie en la eternidad y otro en el barro. (…)

Rosa Audisio
Artista visual y gestora cultural independiente

“A la noche me arropé/con un puñado de estrellas, /tres lechuzas me chistaban/y custodiaban mi huella”.

Todos los fragmentos poéticos escritos entre los signos de puntuación “ ”, corresponden al poemario de Nidia Tineo.

                                                                                                            ROSA AUDISIO

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