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Nadie reza por ella
No hay quien diga su nombre.
Los suyos, hace tiempo
la olvidaron.
¿A quién le importa?
Ninguno la recuerda,
su destino mujer
no los conmueve
antes de nacer ha sido
condenada.
No derramarán lágrimas cuando parta,
ni un pétalo azul habrá sobre
su tumba.
Usurpadora de un amor
que no tuvieron
y que tampoco a ella
le fuera regalado.
¿A quién puede importarle
una mujer
sin nombre
tan simple como
una flor de campo?
Esclava ha sido
desprendida de sí
ha amado
ha parido
mil veces muerta
ha renacido para morir
de nuevo.
No dueña
de sus horas ni deseos
aún así,
derrama rebeldía.
Los muros resultan
cada vez más
altos
y más, y más, y más
busca quebrarlos
¿A quién puede importarle
una mujer
sin nada?
Yo quiero alentar a que
resista.
A saltar los muros
que resista
los de antes,
los de ahora,
y de mañana
que resista.
A no desfallecer
le pido
Y cuando
ande libre y descalza
por el mundo
con los pies bien firmes
extienda sus brazos
y recoja siembra.
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