UNA INMENSA LUNA
CIRCULAR
DERRAMA CON
LECHOSA CLARIDAD
SU MANTO FRÍO.
Y NOS CONVOCA
DESDE LA ABSOLUTA NEGRURA
QUE LA ENVUELVE.
NOSOTROS,
LOS AUSENTES,
LOS QUE HABITAMOS
EL OTRO LADO DE
VEREDAS Y CALLES
CUBIERTOS CON HARAPOS
Y CARTONES
EN UMBRALES VACÍOS
LA OBSERVAMOS
ATÓNITOS
EN LAS NOCHES DE MAYO.
ELLA ENCIENDE EL CANDIL
DEL INFINITO
A VECES POR LAS TARDES
PARA DARNOS SU LUZ
COMO ALIMENTO.
(Poema escrito por: Nidia TINEO)
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