Estoy aquí,
ahora.
Aunque sea loco.
Aunque sospeches que la estupidez
me ha embargado.
Quizás sea tarde,
no lo creo.
Llamo
No sé para qué,
pero igual grito.
Porque son gritos,
como repiques de tambores
los que doy.
Sé que no están
sé que se fueron
hace tiempo
los que pronto acudirían,
sin ventajas,
a entregar su sonrisa.
Pero igual llamo
por si escuchan
y se acercan.
Y no creen
estar de vuelta.
Y no evalúan
pérdida o
ganancia.
Llamo
solo
para saber
qué nos queda de humanos
para saber si
estamos vivos.
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