Recostada a tu lado ver cómo duermes, como madre-abuela a los que anudó la vida. Este poema aún no escrito, me aprieta hasta las vísceras. “Quédate conmigo hasta que duerma…”, me has dicho y no pude negarme.
Y acá me tienes, velando por tu sueño, como leona con cachorro herido, ahuyentando los miedos. Entre arrullo y silencios, escucho cada acorde de tu respiración dormida…y tus diminutas manos, cada tanto, me buscan.
Duerme tranquilo pequeño, yo no me olvido.
Y acá me tienes, velando por tu sueño, como leona con cachorro herido, ahuyentando los miedos. Entre arrullo y silencios, escucho cada acorde de tu respiración dormida…y tus diminutas manos, cada tanto, me buscan.
Duerme tranquilo pequeño, yo no me olvido.
TEXTO: DE NIDIA TINEO
PINTURAS: GUAYASAMÍN, OSWALDO
No hay comentarios:
Publicar un comentario