VOS, LA LUNA Y YO
Por las calles
desiertas andaba
hurgando en
los adentros
sin comprender
qué pasa, ni por qué te apareces, así,
tan de
repente.
Procuré
espantar imágenes, recuerdos que
llegaban desde la melodía de tu voz,
desde tu
cabellera,
desde el más
allá de tu cobre distancia.
No sé cómo
ni cuándo anidó
este amor
azul como susurro al viento.
Quise
echarlo de mí, arrojarlo a la tierra de donde provenía.
Su aliento
era tan grave y era extraña la fuerza, desnuda de rutinas,
que parecía
atraernos, aunque no nos mirásemos,
aunque no
hubiera palabras más que fugaz palabra
orillando
tus labios, escrita por tus manos,
y ese hilo
ancestral que quedó flotando entre tanta
partícula,
suspendido
en el aire.
Dónde está
la templanza cuando brota la hoguera,
esa luz, ese
rayo que gravita encendido
en el
cuerpo, en los pies, en los ojos la
luna,
en el mural
de fábrica, en el graffiti
en la calles
del pueblo, en las noches de marzo…